Villa General Belgrano
Valle de Calamuchita

Historia: Amboy

Amboy es una de las poblaciones más antiguas de la Provincia de Córdoba, remontándose a la fundación de la capital. Podemos ver al caminar sus calles y su museo, historia de nuestro país en un pequeño pueblo del interior, con casi 400 años que nos devuelven la imagen del pasado.

Fue lugar de trueques, de reuniones religiosas y posta para los que cruzaban por el cerro de la aguada hacia San Luis. Su pasado aborigen se remonta a miles de años atrás, y las huellas de esa cultura Comechingón se observan en elementos de uso diario y en las cuevas (24 exploradas) y aleros (14) que ocuparon a modo de vivienda.Amboy tiene su historia, su antigua Iglesia lo atestigua. En este pequeño pueblo, a orillas de su cantarino arroyo, nació Dalmacio Vélez Sársfield.

Dalmacio Vélez Sársfield nació aquí, en Amboy, el 18 de febrero de 1800. Fue grande por su personalidad y por su obra, el de la Provincia de Buenos Aires, que tres años más tarde, en 1862, fue adoptado por la confederación Argentina. Fue diputado ante el Congreso Nacional. Fue diputado ante el Congreso Nacional entre 1824 y 1827. En 1835 fue elegido presidente de la Academia de Jurisprudencia. Conjuntamente con Carlos Tejedor redactó el proyecto de Constitución para el Estado de Buenos Aires (1854); con Eduardo Acevedo llevó a cabo el Código de Comercio para Buenos Aires (que sirvió para la Nación a partir de 1862). Fue también integrante de la Convención Constituyente que reformó la Constitución en 1860. En 1864 a pedido del general Mitre redactó el Código Civil, el cual comenzó a regir desde 1871. Falleció en Buenos Aires el 30 de noviembre de 1875.

La casona que hoy es el museo que lleva su nombre fue almacén de ramos generales. Tocando sus paredes parecen escucharse los relinchos de las caravanas, sabedores de que ya no verán más casas hasta no haber cruzado la sierra, territorio hostil y misterioso. En este lugar agreste, pues, nació quien después brillara en la vida pública del país; aquí nació, y cuando partió llevó consigo la fuerza natural de su comarca. A 800 metros sobre el nivel del mar nos sorprende encontrar un lago, el embalse CERRO PELADO, formado por las cuencas de los ríos Grande, Las Cañas, El Durazno y el Manzano. Mas nos sorprendemos cuando nos internamos por el camino que bordea la montaña: son 2000 metros de continuo descenso, hasta llegar a la caverna que contiene toda la estructura técnica de la obra -180 metros de dura roca-. Desde aquí y por un túnel de 10 kilómetros de extensión, se comunican este lago y su subsidiario arroyo Corto. Un túnel subterráneo y también cavado en la piedra.

El lago superior baja de nivel, el inferior se llena. Por la noche el ciclo se invierte, recuperando caudal para seguir generando. La rueda de la energía jamás se detiene en este lago escondido. SAN IGNACIO también tiene su historia. Los primeros pobladores fueron los jesuitas de la Orden San Ignacio de Loyola. Siglos después de la expulsión de la orden de América, estas instalaciones fueron utilizadas como prisión de los ingleses durante las invasiones. También aquí se hallan vestigios de la cultura Comechingón en cuevas y arroyos.